
02 Feb La importancia de levantar la voz
Pocas cosas me inspiran más que la fuerza de las masas. El pasado 21 de enero participé en la Marcha por las Mujeres en Washington DC, la capital de los Estados Unidos. Fue una decisión fácil de tomar, el atentado machista de la nueva administración de ese país no puede más que ser repudiado y abatido por la fuerza, solidaridad y energía de mujeres y hombres, adultos, jóvenes y pequeños que desean vivir libre de violencia y en un mundo de igualdad.
Tenemos mucho trabajo por delante, pero haber sido parte de una fuerza de más de medio millón de personas fue definitivamente la mejor forma de comenzar el 2017. Fue una experiencia que me alienta a seguir marchando, trabajando y luchando por los derechos de las mujeres. A lo largo de mi carrera profesional he trabajado en promover y fomentar la igualdad de género y el empoderamiento económico de la mujer.
Todo comenzó desde muy temprano en mi vida y gracias a mi abuela materna, quien fue un modelo para mí, esa parte de mi familia fue un matriarcado, pero aun así ella se tuvo que esconder de su marido cada vez que tomó la pastilla anticonceptiva, se tuvo que esconder después de 10 embarazos. Parecería que estas cosas ya no pasan, pero no es así, en la América Latina rural, y en la urbana en muchos casos, los hombres les prohíben a las mujeres el control de la natalidad, el control sobre sus cuerpos, y el control sobre el dinero que ellas se ganan trabajando. Desde ningún punto de vista es justo, no importa que sea, como dicen por ahí, un tema cultural o histórico, me parece que todos debemos trabajar, desde nuestras trincheras, en pro de la igualdad, el respeto y la tolerancia.
Toda proporción guardada, en el mundo del emprendimiento también existe la violencia contra las mujeres, no es física, pero puede ser emocional y psicológica. Admiro mucho a todas las mujeres que día a día dedican todo su esfuerzo y tiempo a construir compañías con propósito, muchas de ellas teniendo como eje generar un impacto social. Y sé, de primera mano, que a ellas les cuesta mucho levantar fondos, hablar en público, expresarse en inglés, poner su trabajo antes que a su familia y un largo etcétera. Y los colegas masculinos no siempre las apoyan y sí, a veces, las violentan. Aprovecho entonces a hacer un llamado a los hombres que juegan un rol en el escenario del emprendimiento en América Latina para abrir sus mentes y su curiosidad por lo que tienen que aportar a la mesa las mujeres, estoy segura que se sorprenderán. Pero también llamo a las mujeres para que brindemos más solidaridad a nuestros pares, para que, aunque estemos muy ocupadas, participemos en cada oportunidad que tengamos para construir el mundo que queremos tener para nosotras y para nuestros hijos.
Regresando a porqué participé en la marcha, sólo quiero agregar que fui porque hay que levantar la voz, hay que participar activamente en la construcción de movimientos que de alguna forma beneficien el avance que se ha tenido hacia la igualdad de género, hay que contribuir a la construcción de la democracia porque para tener derechos y ejercerlos en esferas como las del emprendimiento es menester que todos y todas podamos gozar, en primer lugar, de los derechos básicos del ser humano.
Si quieren saber cómo pueden contribuir al movimiento que nació el 21 de enero pueden ir aquí: http://www.womensmarch.com/
Biografía de la autora: Jessica Olivan es mexicana y experta en temas de igualdad de género y empoderamiento económico de la mujer. Colaboró, durante 12 años, en más de 80 proyectos de desarrollo internacional con el Banco Interamericano de Desarrollo y hoy es consultora independiente y conferencista en los mismos temas. Puedes seguirla en twitter @JessicaOlivan